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Culturas de la Meseta

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Los pueblos del interior peninsular forman un grupo heterogéneo, aunque existen muchos elementos comunes. En su formación interviene el substrato indígena y las influencias peninsulares y ultrapirenaicas de los Campos de Urnas y gentes de la fechada atlántica.
Entre los rasgos generales se pueden destacar:

  • Desarrollo del urbanismo, con estructuras rectilíneas y materiales duros.
  • Ubicación de los núcleos de población en posiciones estratégicas y reforzados con defensas.
  • Grandes necrópolis cerca de los poblados y rito de cremación.
  • Divulgación de la siderurgia, en especial para armamento.
  • Aplicación de la rueda con fines industriales y domésticos. Producción de cerámica a torno.
  • Compleja organización social con carácter de jefaturas militares

Periodización

Las tendencias actuales establecen la siguiente periodización:

  • Etapa de transición (finales del siglo VII y siglo VI a.C.): aparecen los primeros castros fortificados y las primeras necrópolis con tumbas de guerrero. En la zona oriental hay cerámica a torno (Cuenca).
  • Etapa inicial (siglos V-IV a.C.): se generalizan los castros amurallados y las necrópolis con sepulturas de guerreros en la Meseta Norte. Se utiliza el hierro, pero sigue la cerámica a mano (Cogotas II). En la Meseta Sur, por el influjo ibérico, se extiende el torno de alfarero. En ambas mesetas se usa la incineración y se desarrolla el urbanismo por influencia ibérica.
  • Etapa de madurez (siglo III a.C. hasta la romanización): la Meseta Norte se celtiberizó, excepto el sector occidental. Se introduce el torno y el molino circular. La Meseta Sur continuó sin cambios notables.

Pueblos de la Meseta

Meseta Norte
Se incluyen los siguiente pueblos:

  • Pelendones: en Logroño y Soria, con la cultura de los castros sorianos, de origen ganadero.
  • Arévacos: más al sur.
  • Vacceos: cuenca media del Duero, desde Palencia a Salamanca y desde Segisama al Esla.
  • Vetones: cultura de Cogotas II o de los verracos, en Salamanca, Ávila y parte occidental de Cáceres.
  • Turmogos: Burgos y oeste de Palencia.

Meseta Sur
Zona poco conocida. Se asentaron:

  • Carpetanos: cuenca media del Tajo hasta Talavera de la Reina, con influjos íberos y de la Meseta Norte.
  • Ólcades: en Cuenca, con temprana iberización.
  • Oretanos: desde Sierra Morena al Guadiana, de substrato ibérico.
  • Lusitanos

Urbanismo

El urbanismo se inicia en la parte oriental, en Soria y Guadalajara (cultura de los castros sorianos), y casi al mismo tiempo en Cuenca (Villar del Horno), por influjos de Campos de Urnas tardíos y de gentes del suerte. Se generaliza desde el siglo IV a.C.
Aunque existen poblados en llano (Soto de Medinilla, Valladolid), suelen ubicarse en puntos estratégicos, con defensas artificiales (murallas, fosos y piedra hincadas). El castro de Las Cogotas tenía doble muralla con doble paramento vertical, reforzada con bastiones.
En las viviendas se sustituyen los materiales vegetales por adobe, piedra y tapial, manteniendo la madera como sujección de techumbres. Se generaliza la planta cuadrangular y se va produciendo una planificación en torno a calles y espacios abiertos. Un ejemplo es Numancia (22 Has. y 1000 m de perímetro), con más de 2000 viviendas separadas por calles, y una calle de ronda junto a la muralla. Las casas tienen tres estancias: bodega, hogar y dormitorio, así como un establo.

Sociedad y economía

En la Meseta Norte y Alto Tajo existe una organización social de gentilites formada por varias familias integradas en tribus. Existían instituciones, como el hospitium (típica de los celtíberos). A veces había pactos por escrito mediante téseras (placas de bronce) de hospitalidad. La diferencia social fue mayor en unas regiones que en otras, y destaca una aristocracia guerrera. En la Meseta Sur existe un régimen de ciudad-estado propio de pueblos mediterráneos, que posteriormente se extenderá a la Meseta Norte.
La economía se basa en la agricultura, en las zonas llanas, y ganadería, en montes. Los restantes territorios determinan grandes zonas ganaderas, confirmadas por la existencia de recintos amurallados con función de cercado del ganado, de carácter familiar (Raso de Candeleda) o colectiva (Fosos de Bayona).

Necrópolis

Se generalizan los enterramientos en grandes necrópolis. En Soria y Guadalajara se inician a finales del siglo VII a.C., con apogeo en el siglo V a.C. y perdurando hasta el siglo III e incluso el II a.C.
Existen estelas y grandes grupos de enterramientos (Altillo, Aguilar de Anguita). La estratificación social se aprecia en los ajuares: los de guerreros están formados por armas y adornos (broches de cinturón), y sobre todo por fíbulas de diferente tipología (de doble resorte, de La Tène, anular, espiraliforme y de placa, exclusiva de Soria y Guadalajara).
En la Meseta Sur, en los enterramientos más antiguos de Cuenca (siglos VII-VI a.C.) las cenizas se depositan directamente en el hoyo (Las Madrigueras). Más tarde aparecen empedrados tumulares (El Navazo). En los ajuares hay fíbulas, broches de cinturón, colgantes y excepcionalmente armas y útiles domésticos.
Las tumbas más destacables aparecen desde el siglo V a.C. en la Meseta Norte (Cogotas II y grupo Miraveche-Monte Bernorio). En Cogotas II, las necrópolis se ubican cerca de los poblados (Las Cogotas, Chamartín de la Sierra y Raso de Candeleda), con tumbas separadas para definir los grupos gentilicios, y dentro de cada grupo, las tumbas se distribuyen irregularmente. Las urnas se depositan en el suelo cubiertas con tapaderas cerámicas o piedras, con ajuar de ofrendas, adornos y útiles.
Las tumbas más admirables de Cogotas II son las de guerrero, del siglo V y sobre todo IV a.C. En las necrópolis de Miraveche destacan las espadas curvas con vainas de bronce y decoración zoomorfa, y en las de Monte Bernorio (Palencia) los puñales con pomo naviforme y vainas con ornamentación damasquinada en plata y cuatro discos en la contera.
Las tumbas de los vacceos (Palenzuela en Palencia y Cuéllar en Segovia) están señalizadas con estelas o piedras, con ajuares de objetos de pequeño tamaño y metálicos de función ritual. También hay armas de guerreros.

Religión

La religión era naturalista, con recintos sagrados al aire libre, con objetos de culto y ofrendas, como los de Ulaca y Tornadizos (Ávila) y el de Mozeriho, con una serie de verracos de simbolismo cultural.

Manifestaciones culturales

Cerámica
Se introduce el torno y el horno por influencia ibérica, primero en la Meseta Sur (siglo VI a.C.) y a mediados del siglo IV a.C. en la Meseta Norte. Hay cerámica hecha a mano y cocida en hornos reductores, de colores grises o negros. Desde el siglo VI al IV a.C. en la Meseta Norte (Cogotas II) tienen decoraciones a peine, y más tarde impresas y estampilladas.
Estas cerámicas son sustituidas por las realizadas a torno y cocidas con fuego oxidante, de colores rojos y claros, con engobe, y decoraciones geométricas pintadas. Destaca la producción numantina de los siglos II-I a.C., policromada y con motivos figurados, zoomorfos y astrales dispuestos en friso.

Orfebrería
Joyas de uso personal en plata y algo de oro, agrupadas en tesorillos. Hay torques, pulseras cilíndricas, brazaletes espiraliformes rematados en cabeza de ofidio, fíbulas y vasijas tuliformes.
Son importantes los tesoros de Arrabalde (Zamora), Raso de Candeleda (Ávila) y Padilla de Duero (Valladolid).

Lengua y escritura
Las gentes de la meseta oriental adoptan la escritura de origen ibérico utilizada en el Valle del Ebro. Destaca el bronce de Luzaga (Guadalajara), con un complejo pacto de hospitalidad.

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