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Introducción

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Marco ambiental


En la consolidación del Neolítico en Europa se observa una evolución general que, enmarcada en las tradicionales etapas de Neolítico Antiguo, Medio y Reciente, reflejan tanto unas características culturales y tecnológicas como unas relaciones sociales y económicas significativas, que se traducen en un modo de explotación del territorio y en unos asentamientos determinados.
El estudio del marco ambiental europeo presenta una gran problemática debido a la variedad de regiones y marcos geográficos, pero permite definir las características generales de evolución reagrupadas en torno a las fases tradicionales del postglaciar:

  • Fase Preboreal (10200-8800 BP): transición entre los últimos fríos glaciares y los de mayor bonanza climática. Expansión de la cobertura arbórea, en especial el abedul en Europa continental, junto al avellano y roble. En la parte mediterránea son el pino y el inicio del robledo mediterráneo.
  • Fase Boreal (8800-7500 BP): consolidación de la mejora climática, con clima cálido y seco que favorece la expansión de especies arbóreas (pino y avellano). Desarrollo de especies mediterráneas.
  • Fase Atlántica (7500-4500 BP): culminación del proceso de mejoría, produciéndose el optimum climático en la segunda mitad. Expansión de los bosques con el robledo mixto como principal protagonista. Expansión del encinar en regiones mediterráneas. La transgresión marina llega a su culminación, con las costas en el nivel actual.


Hipótesis y explicación de la neolitización


Desde G. Childe la explicación del proceso de neolitización de Europa se sitúa en un debate tradicional en torno a dos posiciones: la difusión de las innovaciones a partir de la zona de Próximo Oriente y, por otra parte, la posibilidad de una neolitización autóctona.


Principales hipótesis
La primera concepción establece el origen de la transformación socioeconómica como resultado de una colonización de poblaciones originarias de la zona oriental., motivado por la superioridad de las formas económicas de producción sobre las de caza-recolección, así como el potencial crecimiento demográfico de las poblaciones neolíticas, que permite la existencia de excedentes y que se canalizaría hacia la ocupación de nuevos territorios.
La segunda concepción, de tipo poligenista expone que la transformación puede tener un origen autóctono, mostrando la necesidad de observar la revolución neolítica de Europa no como un conjunto global, sino teniendo en cuenta las variaciones existentes, como la existencia de aldeas mesolíticas sedentarias y la probable existencia de domesticaciones locales.

Explicaciones recientes
Ammerman y Cavalli-Sforza insisten en el difusionismo, una actividad migratoria aleatoria y de reducida movilidad causada por el potencial crecimiento demográfico de las poblaciones neolíticas.
Otros estudios indican que ni el difusionismo ni el poligenismo pueden explicar por sí solos el fenómeno de la expansión, sino que la explicación tiende a una combinación evolutiva de transformaciones locales y de importaciones técnicas o de especies.
Para Gallay el proceso de neolitización tiene una doble vertiente: la desculturización de los agricultores, que se adaptan a nuevas condiciones ecológicas y ocupan nuevos ecosistemas, y la aculturación (transferencia cultural) de los cazadores-recolectores a varios niveles (tecnológico, estético,...). La expansión agrícola obedecería a un movimiento constante de fronteras móviles en fases sucesivas:

  • Fase pionera: implantación de sociedades agrícolas, avanzando a tierras más fértiles por el mecanismo de segmentación social.
  • Fase de estabilización: equilibrio entre los principios de segmentación y reunión, con mayor fijación sobre el terreno.
  • Fase de crecimiento: estructuración social en jefaturas y predominio de los principios de reunión.

Fases


En el proceso de neolitización de Europa se observan dos grandes fases, caracterizadas en un primer momento por la rápida ocupación progresiva de los territorios con mayor facilidad de acceso y productividad, y en segundo lugar por su expansión a zonas secundarias, la consolidación de la nueva economía de producción y la estabilización de la población.


Primera Fase
Cubre del VII milenio a finales del V, y se produce la ocupación de zonas llanas con suelos fértiles y abundante agua. Se desarrollan los complejos del Egeo (Pre-Sesklo y Sesklo), los Balcanes (Starcevo) y primeras comunidades de Italia meridional. En el Mediterráneo occidental se desarrolla el horizonte de cerámicas impresas (cardial) y el Neolítico Antiguo en Europa Central.

Segunda Fase
Comprende desde mediados del V milenio hasta inicios del III milenio, produciéndose la colonización de tierras menos fértiles, con el desarrollo de las primeras sociedades agrícolas de la vertiente atlántica y la zona nórdica, así como la ocupación desde la Europa central y mediterránea de las zonas prealpina y alpina. Aumento de poblaciones en las zonas de mayor tradición agrícola, en algunos casos bajo formas defensivas. Aparición y desarrollo de las sepulturas megalíticas en agrupaciones culturales, como el Chassey (Francia), fase de vasos de boca cuadrada en Italia o fase de sepulcros de fosa en Cataluña.

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